domingo, 18 de abril de 2010

Energía nuclear e historia de la fusión

1. DEFINICIÓN DE ENERGÍA NUCLEAR:

La energía nuclear es la energía que se libera espontánea o artificialmente en las reacciones nucleares, aunque es común referirse a la energía nuclear no solo como el resultado de una reacción sino como un concepto más amplio que incluye los conocimientos y técnicas que permiten la utilización de esta energía por parte del ser humano.


Estas reacciones se dan en los núcleos de algunos isótopos de ciertos elementos químicos, siendo la más conocida la fisión del uranio-235(235U), con la que funcionan los reactores nucleares.

Los dos sistemas más investigados y trabajados para la obtención de energía aprovechable a partir de la energía nuclear de forma masiva son la fisión nuclear y la fusión nuclear.

Video relacionado:













2. HISTORIA DE LA FUSIÓN


NUCLEAR:




Hasta


el principio del s.XX no se ent
endió la forma en que



se generaba energía en el interior de las estrellas para contrarrestar el



colapso gravitatorio de estas. No existía reacción química con la potencia



suficiente y la fisión tampoco era capaz. En 1938 Hans Bethe logró explicarlo mediante reacciones de fusión,



con el ciclo CNO (carbono-nitrógeno-oxígeno: es



una de las dos reacciones de fusión, la otra es el protón-protón, por las



que las estrellas convierten hidrógeno en helio), para estrellas muy pesadas. Posteriormente se



descubrió el ciclo protón-protón para



estrellas de menor masa, como el Sol.





En los años 1940, como



parte de
l proyecto



Manhattan
, se estudió la posibilidad del uso de la fusión en la bomba nuclear. En 1942 se investigó la posibilidad del uso de una reacción de



fisión como método de ignición para la principal reacción de fusión, sabiendo



que podría resultar en una potencia miles de veces superior. Sin embargo, tras



finalizar la Segunda Guerra Mundial, el



desarrollo de una bomba de estas características no fue considerado primordial


hasta la explosión de la primera bomba



atómica
rusa en 1949, RDS-1 o



Joe-1. Este evento provocó que en 1950 el presidente estadounidense Harry S. Truman anunciara el comienzo de un proyecto que



desarrollara la bomba de hidrógeno. El 1 de noviembre de 1952 se probó la primera bomba, con una potencia equivalente



a 10.400.000.000 de kg de TNT (10,4 megatones). El 12 de agosto de 1953 la Unión



Soviética
realiza su primera prueba con un artefacto termonuclear (su


potencia alcanzó algunos centenares de kilotones).





Las condiciones que eran necesarias para



alcanzar la ignición de un reactor de fusión controlado no fueron derivadas



hasta 1955 por John D. Lawson. Los



criterios de Lawson definieron las



condiciones mínimas necesarias de tiempo,



densidad y temperatura que debía alcanzar el combustible nuclear



(núcleos de hidrógeno) para que la reacción de fusión se mantuviera. Sin



embargo, ya en 1946 se patentó el primer



diseño de reactor termonuclear. En 1951



comenzó el programa de fusión de Estados Unidos, sobre la base del stellarator. En el mismo año comenzó en la



Unión Soviética el desarrollo del primer Tokamak, de los que hablaremos más


adelante.




En


1962 se propuso otra técnica para



alcanzar la fusión basada en el uso de láseres para conseguir una implosión en pequeñas cápsulas



llenas de combustible nuclear (de nuevo núcleos de hidrógeno). Sin embargo hasta



la década de los 70 no se desarrollaron láseres suficientemente potentes. Sus



inconvenientes prácticos hicieron de esta una opción secundaria para alcanzar el


objetivo de un reactor de fusión. Sin embargo, debido a los tratados


internacionales que prohibían la realización de ensayos nucleares en la


atmósfera, esta opción (básicamente microexplosiones termonucleares) se


convirtió en un excelente laboratorio




de ensayos para los militares, con lo que consiguió financiación



para su continuación. Así se han construido el National Ignition Facility (NIF, con inicio de sus pruebas



programadas para 2010) estadounidense y



el Laser Megajoule (LMJ, que será



completado en el
2010)


francés, que persiguen el mismo objetivo de conseguir un disp





ositivo que consiga mantener la reacción de



fusión a partir de este diseño. Ninguno de los proyectos de investigación



actualmente en marcha predicen una ganancia de energía significativa, por lo que



está previsto un proyecto posterior que pudiera dar lugar a los primeros



reactores de fusión comerciales (DEMO



para el confinamiento magnético e HiPER para el confinamiento inercial(consiste en conseguir las condiciones



necesarias para que se produzca la fusión


nuclear
)).




2. HISTORIA DE LA FUSIÓN NUCLEAR:

Hasta el principio del s.XX no se entendió la forma en que se generaba energía en el interior de las estrellas para contrarrestar el colapso gravitatorio de estas. No existía reacción química con la potencia suficiente y la fisión tampoco era capaz. En 1938 Hans Bethe logró explicarlo mediante reacciones de fusión, con el ciclo CNO (carbono-nitrógeno-oxígeno: es una de las dos reacciones de fusión, la otra es el protón-protón, por las que las estrellas convierten hidrógeno en helio), para estrellas muy pesadas. Posteriormente se descubrió el ciclo protón-protón para estrellas de menor masa, como el Sol.
En los años 1940, como parte del proyecto Manhattan, se estudió la posibilidad del uso de la fusión en la bomba nuclear. En 1942 se investigó la posibilidad del uso de una reacción de fisión como método de ignición para la principal reacción de fusión, sabiendo que podría resultar en una potencia miles de veces superior. Sin embargo, tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, el desarrollo de una bomba de estas características no fue considerado primordial hasta la explosión de la primera bomba atómica rusa en 1949, RDS-1 o Joe-1. Este evento provocó que en 1950 el presidente estadounidense Harry S. Truman anunciara el comienzo de un proyecto que desarrollara la bomba de hidrógeno. El 1 de noviembre de 1952 se probó la primera bomba, con una potencia equivalente a 10.400.000.000 de kg de TNT (10,4 megatones). El 12 de agosto de 1953 la Unión Soviética realiza su primera prueba con un artefacto termonuclear (su potencia alcanzó algunos centenares de kilotones).

Las condiciones que eran necesarias para alcanzar la ignición de un reactor de fusión controlado no fueron derivadas hasta 1955 por John D. Lawson. Los criterios de Lawson definieron las condiciones mínimas necesarias de tiempo, densidad y temperatura que debía alcanzar el combustible nuclear (núcleos de hidrógeno) para que la reacción de fusión se mantuviera. Sin embargo, ya en 1946 se patentó el primer diseño de reactor termonuclear. En 1951 comenzó el programa de fusión de Estados Unidos, sobre la base del stellarator. En el mismo año comenzó en la Unión Soviética el desarrollo del primer Tokamak, de los que hablaremos más adelante.

En 1962 se propuso otra técnica para alcanzar la fusión basada en el uso de láseres para conseguir una implosión en pequeñas cápsulas llenas de combustible nuclear (de nuevo núcleos de hidrógeno). Sin embargo hasta la década de los 70 no se desarrollaron láseres suficientemente potentes. Sus inconvenientes prácticos hicieron de esta una opción secundaria para alcanzar el objetivo de un reactor de fusión. Sin embargo, debido a los tratados internacionales que prohibían la realización de ensayos nucleares en la atmósfera, esta opción (básicamente microexplosiones termonucleares) se convirtió en un excelente laboratorio de ensayos para los militares, con lo que consiguió financiación para su continuación. Así se han construido el National Ignition Facility (NIF, con inicio de sus pruebas programadas para 2010) estadounidense y el Laser Megajoule (LMJ, que será completado en el 2010) francés, que persiguen el mismo objetivo de conseguir un dispositivo que consiga mantener la reacción de fusión a partir de este diseño. Ninguno de los proyectos de investigación actualmente en marcha predicen una ganancia de energía significativa, por lo que está previsto un proyecto posterior que pudiera dar lugar a los primeros reactores de fusión comerciales (DEMO para el confinamiento magnético e HiPER para el confinamiento inercial (consiste en conseguir las condiciones necesarias para que se produzca la fusión nuclear)).















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